martes, 8 de agosto de 2017
CAPITULO 6
Las jugarretas de los niños continuaron. A medida que iban creciendo, éstas se tornaban más ingeniosas. Además, se pinchaban continuamente para ser el mejor y el más perfecto en las actividades extraescolares, y así se pudo ver como el pueblo de Whiterlande tuvo al mejor alumno en clase de cocina ante una furiosa Paula, así como a la excelente y más
violenta jugadora de hockey ante un asombrado Pedro.
Cuando los niños competían entre sí, era la guerra, pero, cuando se juntaban, resultaba asombroso ver como se compenetraban para lograr ser los mejores en aquello que estuviesen haciendo. A pesar de que en ocasiones pactaban una pequeña tregua por el bien de la comunidad, sus pillerías seguían siendo la mejor diversión ante los monótonos días en ese aburrido pueblo
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Naaaaaa, lo que me divierto con esta historia no tiene nombre jajajajajajaja. Está buenísima.
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